Dos escenas míticas en una, el guante y la bofetada. Una película en la que si Rita Hayworth no hubiera intervenido posiblemente habría pasado mucho más desapercibida. Con todos los tópicos de la época, léase hombre (macho!) cínico, mujer dura, pasados oscuros y lugares de ensueño. Uno de esos casos en que el personaje se apodera del actor que lo interpreta. Aún así, nos da grandes momentos para la historia del cine. Indispensable.
Ficha de la película.